Explícame hombre inconstante
el motivo de tu apatía transitoria
de tus penas sobrecogedoras y ocultas
en la caja negra de tu juventud
Que de pasada en tu vida me tienes
me absorbes, me colmas
me entristeces y mimas
me conviertes en débil ante tus ojitos
océanos distantes de silencios
¿Dónde está la balanza que dosifica tu risa?
donde la apertura compleja hacia tus miedos...
que por ser mujer deseosa de abarcarte
de perderte en mi abrazo
me culpas
Soy tu fantasma viviente
condenada por haberme fijado en tu rostro
por haberme dejado gobernar por tu piel
agobiada por tu serena ausencia
carcomida por todo aquello que te atormenta
Ábreme una puerta y te abriré el infinito...
Paloma Negra
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