lunes, 12 de septiembre de 2016

de las insignificantes e imborrables cosas



En el decidor silencio de mi propia respiración
cuentan viejos rumores de antaño
que cuando cantaba se me quebraba la voz
recordando...
como lechuzos brujos trotaban los momentos ,
retenidos en hojas viejas o páginas virtuales
donde solía vomitar toda emoción absurda y adolorido sentimiento
donde tantas veces me creí enamorada, 
de la vida, del mismo amor, del tormento, de la soledad
Y en el camino del campo a la ciudad y visceversa 
soñaba
repasando en los labios humedades pasajeras
rincones recorridos
rostros de personas coleccionados por las calles
Andaba arrastrando mi sombra 
y mi sombra en vez de lánguida o etérea 
se solidificaba en intensidad
pegada a mi cuerpo que necesitaba amar
con toda la piel expuesta y las heridas repasadas de lápiz de color
SUFRÍ
es cierto que llorando me encontraron mil muertos
que até a los muslos como un tatuaje de advertencia
sufrí, bebí, me embriagué de nuevas pasiones, volví a sufrir
y aun así siempre quise más...
Y ahora,,, me vuelco temerosa a ese ayer tan mío 
a las relaciones terribles y ambiciosas como película vieja
y me pregunto ¿cómo lo hacen los cantantes con los habitantes 
que se quedan la eternidad en sus canciones?
será así mismo como se pegotearon personajes en mis pinturas
y pasajeros nostálgicos en mis versos desordenados
El amor de los artistas es como el de las olas
que besan la playa y se van 


pero al revés
se meten en la carne como una imagen tallada
y se pintan con tu propia sangre para no borrarse jamás





PALOMA NEGRA

2 comentarios:

  1. bacán.... siempre me olvido de venir aquí y siempre que vuelvo me maravillo...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. quien es?... oh...... es que hace mucho que no escribía, me estoy reencantando

      Eliminar