martes, 3 de agosto de 2010

S/t


Llegas sabiendo que ya no hay candados

Impetuoso y sin pedir permiso alguno

Y mi puerta te recibe con gotas de lluvia

Y eres dueño de todo lo irresponsable

Conciente de todo lo concreto

Y descubridor de todo lo intangible

Y anclado a mi me vuelves barco

Con tormenta nocturna

Y perdida sublime en ese mar de sensaciones

Me voy convirtiendo en una desconocida

Y a la vez en la más auténtica

Desplegada y entregada a la muerte

Porque despues de ese momento no hay mas vida

Inventando palabras nuevas

Que no alcanzan a esbozarse

Y salen desarticuladas a encontrarse con el viento

Era yo el verso incompleto

Hasta que tu cuerpo terminó la frase

Eras el verso perdido

Cuando te encontró mi alma…


texto: Pamela Valdés González




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